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Microempresas familiares una solución y un reto

Microempresas familiares una solución y un reto


La creación de una microempresa familiar es posible sea generada por la necesidad que llevó al gestor de la idea a buscar el sustento de la familia. Ese gestor podría ser el padre, la madre o un hijo. El gestor es el creativo que comienza con la idea de negocios y le pone todo su empeño para lograr el éxito ya que de ello depende el sustento familiar. Esa necesidad lo lleva a establecer su negocio familiar y a desarrollar unas conductas que va mejorando acorde va tomando experiencia por las tareas que le requiere su microempresa.


La actividad diaria de la microempresa familiar impactará al resto de la familia. Algunos miembros se integrarán por que hace falta realizar la tarea pero no necesariamente porque le interesa o tienen la preparación. La familia se involucra en una actividad de negocios a la cual –en muchos casos- no tiene experiencia ni capacitación pero logran mediante su esfuerzo “buscárselas” y aprender en el camino. Según su dedicación, suelen alcanzar éxito si tiene la actitud de aprender y buscar ayuda en las áreas que no dominen.


Es de esperar que como en cualquier organización también en la microempresa familiar surjan conflictos. No es correcto pensar que como somos familia nos entendemos y no hay problemas. Los conflictos surgen a diario pues cada cual tiene su forma de entender y resolver las situaciones. Sin embargo, deben existir procesos para evitar que las situaciones laborales no se resuelvan correctamente o incluso afecten las relaciones familiares.


En las microempresas familiares surgen situaciones o malos entendidos, o acciones que reprochamos unos de otros, pero que no se enfrentan por temor a causar un daño al vínculo familiar. Cuando la situación conflictiva no se resuelve se intensifica en el aspecto del negocio y por otro lado la persona sigue con los mismos sentimientos de que no resuelve y emocionalmente le crea estrés y malestar. Las relaciones se van deteriorando y se actúa de modo diferente y las actividades laborales y familiares ya no son como eran antes.


Les proponemos algunas recomendaciones para enfrentar los conflictos que puedan surgir en la microempresa familiar.


Establezca reuniones periódicas fijas – En las reuniones, identifiquen los temas a discutir. No sobrecargue los temas para no hacer reuniones tan extensas que generan cansancio y no son productivas. Estas reuniones evitará que se dirija la microempresa “apagando fuegos” atendiendo lo que se presente sin ponderar una evaluación de lo que acontece.


Conversación de acogida – Darse permiso para conversar los temas tabús y sensibles con una actitud de acoger lo que el otro tiene que decir. Permitir que se expresen los “prejuicios” y sentimientos involucrados en el conflicto. Al escuchar no asumir conducta a la defensiva, sino permitir que el otro se desahogue y establezca su punto de vista.


Asumir acuerdos – Antes de iniciar la conversación de acogida proponerse todos los familiares que lo que se va a dialogar es para todos mejorar y que lo expresado es para resolver conflictos y no para dañar a ninguno. No se debe tomar lo señalado como algo personal. Evitar asumir actitud de víctima, de sentirnos ofendidos y agraviados por lo que se dice.


Establezca salarios justos – De antemano se debe establecer los salarios de los familiares por el puesto y desempeño. Los aumentos se deben dialogar con antelación y tomando en cuenta la rentabilidad de la microempresa y no por la necesidad del familiar. La justicia salarial es a base de la equidad. Se compensa según las tareas y no por ser familia.


Préstamos a familiares – Si posible evitarlos pues la microempresa familiar no es una entidad financiera, pero de ser necesarios establecer políticas para su implementación.


Elaborar descripciones de puesto – Es importante identificar los roles, quién hace qué tarea, quién toma las decisiones. Evitar asumir responsabilidades que le corresponden a otro familiar sin su consentimiento.


Plan de transición - Diseñar un plan de transición para manejar los cambios generacionales es un detalle que no debe pasarse por alto.


Sea por necesidad de autoemplearse o por vocación para los negocios el manejar la microempresa familiar es un reto que será exitoso en la medida en que se logre la unidad para trabajar en equipo y en función de alcanzar el sueño empresarial en beneficio para toda la familia.


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