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Antes de empezar… hablemos de economía



Según el sociólogo, Luis Razeto, nos indica que y “La economía en el fondo es la reproducción de la vida, es la economía del gobierno de la casa, es el organizar racionalmente las actividades para subsistir, para satisfacer necesidades, aspiraciones y deseos, para progre-sar familiarmente, socialmente, para desarrollar todo tipo de proyectos de carácter cultural, político, espiritual incluso”.


Al iniciar una microempresa también se es actor de la economía. Nos toca comprender el entorno económico en el cual vamos a ser partícipes con nuestra microempresa. No debemos entrar a ciegas a hacer negocios. El sistema capitalista genera desigualdad y afecta las diferentes dimensiones de la vida y destruye al planeta. ¿Qué forma de hacer negocios es la que yo voy a asumir? Nuestra propuesta en el proceso de incubar microempresas solidarias es que asuma otra forma de hacer negocios.


Luis Razeto nos indica que, “Sin la conciencia de la crisis, y de las injusticias, contradicciones y deficiencias de lo existente, no hay motivaciones ni razones para emprender los cambios”. La lógica que organiza la actividad económica global es la principal responsable del cambio climático y la secuela que supone el mismo.


Entonces, ¿qué tipo de economía es la que debemos impulsar? y ¿qué tipo de empresa? ¿Una que opere desde la misma lógica de la empresa en donde el lucro es el motor principal de su quehacer? ¿Una empresa en donde el bien común, los recursos naturales y la persona, queden subordinados al lucro? Debemos pensar que no. Esa no es la nueva empresa que queremos.


A nivel comunitario debemos plantearnos qué tipo de actividad económica es la que queremos organizar. La nueva actividad económica que se organice debe ser una que promueva y opere desde la lógica de la solidaridad. Que opere en armonía con los recursos naturales. Que no atente contra la dignidad humana y que aporte a la sociedad.


Esa nueva empresa por supuesto tiene que ser autosustentable. Debe buscar el mayor beneficio económico posible, pero entendiendo que existen límites como cualquier otra actividad humana. Y la empresa es una actividad humana.


La microempresa si quiere ser comunitaria tiene que organizarse desde la lógica de la solidaridad. De lo contrario no se le debe llamar comunitaria ni solidaria. Los negocios que se incuban deberían ser negocios que toman en cuenta la relación con sus empleados/as, con la naturaleza y con la comunidad. Negocios que generan riqueza y buscan formas novedosas de aportar a la comunidad.


Les incluimos cuatro artículos para animarlos a seguir teniendo acercamientos a este tema y asumir postura ante esa realidad.


Hablemos de Economia




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