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Incubadora de Microempresas Comunitarias


Incubadora de Microempresas Comunitarias

De Revista ME&F


Desde el año 2003 estamos trabajando un modelo para incubar microempresas en comunidades marginadas. Lo hacemos como una estrategia de desarrollo económico comunitario y autogestión. No se trata de reproducir el mismo modelo de negocios en donde el lucro es el fin principal. En donde todo lo demás; el ambiente, la comunidad y la persona, quedan subordinados al lucro. Esa visión es la que explica en parte la debacle financiera en los Estados Unidos. Y por supuesto, esa no es la visión del modelo de incubadora de microempresas comunitarias que fomentamos y que estamos desarrollando. De ese tipo de negocio hay demasiados y no queremos más.


El concepto de incubadora


El concepto de incubadora de negocios, señala el profesor J. Romaguera de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Mayagüez, surge en los Estados Unidos, en la década del ’50 desde la Universidad de Stanford. Según la Real Academia Española, la incubadora es un “aparato o local que sirve para la incubación artificial” 0 “urna de cristal en que se tiene a los niños nacidos antes de tiempo o en circunstancias anormales para facilitar el desarrollo de sus funciones orgánicas”. Tomando como referencia estas definiciones, el concepto de incubadora se traslada a la esfera de los negocios de forma exitosa en Estados Unidos y Europa.


Según la National Business Incubator Association (NBIA) de los Estados Unidos, el 87% de los pequeños negocios que son incubados logran éxito a largo plazo. Sin embargo, las estadísticas de Small Business Administration (SBA, por sus siglas en inglés) indican que el 62% de los pequeños negocios fracasa antes del quinto año. ¿Diferencia? Que los negocios que son incubados tienen mayor probabilidad de éxito que los que no lo son.


El modelo de incubadora en el sector comunitario


En el sector comunitario estamos desarrollando incubadoras de negocios y podemos constatar la importancia de la incubación. Y desde la experiencia práctica en diversas comunidades, confirmamos la importancia de los procesos de acompañamiento del modelo de incubadora que hemos desarrollado. Fuera de un proceso de incubación estas iniciativas son demasiado vulnerables sobre todo a los procesos de maltrato institucional desde nuestras agencias de permisos y de los problemas de autoestima que experimenta nuestro pueblo.


El diseño que desarrollamos incluye la capacitación técnica-empresarial, el “coaching” y el acompañamiento. La capacitación técnica incluye adiestramientos en las áreas de viabilidad de la idea de negocio, el mercadeo (guerrilla “marketing”), la contabilidad en una microempresa, el plan de negocios, entre otros. De igual forma en nuestro modelo nos centramos en la persona. Aquí ayudamos al participante a romper con las mentiras construidas socialmente en donde nos enseñaron que “no podíamos” y que no “éramos capaces”. En la incubadora de microempresas comunitarias se rompe con la mentalidad del mantengo y la dependencia que hoy limita las posibilidades de la autogestión.


La incubadora: Un centro de transformación


En la experiencia práctica de nuestro modelo de Incubadora de MicroEmpresas Comunitarias© (iMEC), nos encontramos con participantes que por sus historias particulares creen que no pueden establecer su idea de negocio. No porque no quieren sino porque no creen en sí mismos. En su proceso de formación su autoconcepto y por ende autoestima, fue montada sobre ideas falsas que hoy le crean inseguridad y miedo, entre otros sentimientos.


En la iMEC se le ayuda a desmantelar esas falsas ideas. Es un proceso de reconstrucción de su autoconcepto para cambiar y lograr transformarse en una persona emprendedora. En la iMEC, el componente de desarrollo humano es fundamental si queremos lograr microempresarios y microempresarias exitosas.


¿Cómo se logra esa transformación?: Comunidades de Aprendizaje Empresarial


Para lograr este proceso de transformación y de afirmación de una nueva forma de pensarse, se pasa de la capacitación técnica a la etapa en donde los microempresarios/as comienzan a caminar en una experiencia de comunidad. En esta fase llevan a la práctica los conceptos de negocios aprendidos en los adiestramientos. De igual forma se pasa a la práctica de la solidaridad, ya sea comprando los productos y servicios de los otros como ayudando a que los otros negocios junto al mío, se desarrollen aún más.


La comunidad de aprendizaje empresarial (CAE) es el lugar en donde nos vacunamos contra el virus del individualismo para que la vivencia de la solidaridad sea una verdad. Desde pintar el local del otro, hasta repartir hojas sueltas para el negocio que nace o que está débil, hasta la dinámica en donde se reafirma el tú puedes.


Este es el modelo de incubación de negocios en donde se construye otra forma de hacer negocios que permita viabilizar otro modelo económico fundamentado en la solidaridad y la autogestión.


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