La Nueva Empresa
La Nueva Empresa
El modelo económico neoliberal es el que organiza la actividad global con una que otra excepción. Ese mismo modelo es el responsable de la crisis ecológica que experimenta la humanidad. La lógica que organiza la actividad económica global es la principal responsable del cambio climático y la secuela que supone el mismo.
Sobre el impacto que este modelo tiene el teólogo brasileño Leonardo Boff señaló luego de la 25 Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático (COP-15) que se celebró en diciembre de 2009 en Dinamarca, “La humanidad ha penetrado en una zona de tiniebla y de horror. Estamos yendo hacia el desastre. Años de preparación, diez días de discusión, la presencia de los principales líderes políticos del mundo... no fueron suficientes para despejar la tiniebla mediante un acuerdo consensuado de reducción de gases de efecto invernadero que impidiera llegar a los dos grados Celsius. Sobrepasado ese nivel y rozando los tres grados, el clima ya no será controlable, y quedaríamos entregados a la lógica del caos destructivo, amenazando la biodiversidad y diezmando millones y millones de personas”.
Entonces, ¿qué tipo de economía es la que debemos impulsar? y ¿qué tipo de empresa? ¿Una que opere desde la misma lógica de la empresa en donde el lucro es el motor principal de su quehacer? ¿Una empresa en donde el bien común, los recursos naturales y la persona, queden subordinados al lucro? Debemos pensar que no. Esa no es la nueva empresa que queremos.
A nivel comunitario debemos plantearnos qué tipo de actividad económica es la que queremos organizar. La nueva actividad económica que se organice debe ser una que promueva y opere desde la lógica de la solidaridad. Que opere en armonía con los recursos naturales. Que no atente contra la dignidad humana y que aporte a la sociedad.
Esa nueva empresa por supuesto tiene que ser autosustentable. Debe buscar el mayor beneficio económico posible pero entendiendo que existen límites como cualquier otra actividad humana. Y la empresa es una actividad humana.
La incubación de microempresas si quiere ser comunitaria tiene que organizarse desde la lógica de la solidaridad. De lo contrario no se le debe llamar comunitaria. Los negocios que se incuban deberían ser negocios que toman en cuenta la relación con sus empleados/as, con la naturaleza y con la comunidad. Negocios que generan riqueza y buscan formas novedosas de aportar a la comunidad.
Las organizaciones que promueven el desarrollo económico comunitario tienen que confrontarse con la pregunta, ¿qué tipo de actividad económica organizamos? ¿Tenemos una propuesta alternativa o estamos reproduciendo formas que no toman en cuenta los recursos naturales, sus empleados y la comunidad?